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sobre de cromos clásico

La historia del cromo coleccionable: desde sus orígenes hasta hoy

¿Quién no ha tenido una colección de cromos? Es un recuerdo que está en la infancia de todos. Nos hacían pasar el día esperando que llegase el momento de abrir un nuevo sobre para encontrar aquel que nos permitiría terminar el álbum. Presumíamos de los cromos especiales que teníamos e intercambiábamos los repetidos con los amigos en el patio del colegio. Las colecciones de este tipo han variado con el tiempo, pero siguen siendo un entretenimiento para los niños y en Loyal Print nos encargamos de mantener esa ilusión realizando millones de ensobrados de cromos al año.

Repaso histórico a los sobres de cromos

Un cromo es una imagen o ilustración de series de televisión, películas, deportes, fechas conmemorativas, temáticas divulgativas… La mayoría también son pegatinas que se coleccionan y guardan en álbumes o libros de cromos de tamaños variables, aunque el más habitual es A4 con tapas de cartoné.

El origen de su nombre es cromolitografía y hay que remontarse a mediados del siglo XIX para encontrar los primeros cromos publicitarios que eran más bien cartones dado su grosor. En numerosas películas americanas pueden verse los de deportes, sobre todo de jugadores de béisbol, plastificados o firmados por sus protagonistas. Es casi una tradición conservarlos y además una inversión porque su valor aumenta con el tiempo.

Su historia empieza en España a principios del siglo pasado, cuando llegaron importados como promociones en productos de alimentación, según cuenta Javier Matesanz. En los 40 empezaron a despegar, siguió el boom por las estrellas de Hollywood en los 50 y en los 60 triunfaban los dibujos animados y hasta algunos cantantes.

Fue a partir de los 70 cuando vivieron su gran apogeo: había sobres de cromos por todas partes. Las temáticas variaban según los intereses comerciales porque se trataba de material promocional, especialmente de marcas de productos infantiles, como yogures, chocolate o bollería. Se consideraba un obsequio enfocado a la fidelización: tenías que comprar sus pastelitos si querías conseguir los sobres de cromos para jugar e intercambiarlos con los amigos del colegio. Los sobres se imprimían entonces con el logotipo de la marca comercial bien visible, lo mismo que el álbum que a menudo se regalaba con la compra de varios productos a la vez.

Además, las temáticas fueron variando para añadir nuevos conceptos como los inventos, animales, his

toria, escudos o récords, algunos incluso solo en formato cromo para coleccionar sin ser pegatina. De hecho, los primeros tenían que pegarse con cola y no podían despegarse, eso vino después con los llamados stick stack que pueden ponerse y quitarse varias veces. Más tarde, los cromos se hicieron autoadhesivos, como los sellos.

La estrella indiscutible en cuanto a temas de cromos seguramente fue el fútbol, arrancando entre los 70 y 80 y aprovechando la popularidad de los mundiales. Entonces la distribución de los cromos ya se hacía en kioscos y habían dejado de regalarse con la compra de productos de alimentación. Como otros de deportes que aparecieron después, incluían una ficha del jugador con sus datos destacados. Además, como todo producto coleccionable, tenía el aliciente para las editoriales que los equipos variaban cada año así que se sacaba nuevo álbum y sobres de cromos actualizados, con la fecha bien visible para dejar claro que no eran compatibles con los de años anteriores.

Desde los 90, los cromos conviven con los juegos de cartas coleccionables que también pueden basarse en series y películas, pero que se utilizan para jugar según las reglas de cada baraja y no para atesorar en un álbum.

Cromos coleccionables, del recuerdo al negocio

Cuenta Javier Matesanz en su libro “La vida en cromos” (Dolmen Editorial, 2013) que cada cromo es un recuerdo y efectivamente lo es porque nos transporta a otra época de nuestra vida. Es fácil que en los armarios aún se tenga alguno de la niñez, precisamente porque nos trae buenos recuerdos del tiempo que pasamos con ellos.

Los cromos son igual de interesantes para los niños a los que en principio van dirigidos como para coleccionistas. Si bien todos quieren completar su álbum y terminar la colección, hay cierto negocio alrededor de los cromos menos comunes y más antiguos. Igual que las monedas con errores de acuñación, son los más buscados porque se imprimieron en menor número y con el tiempo resultan más difíciles de encontrar.

Las colecciones de cromos hoy en día

Los álbumes de cromos de películas son muy populares, sobre todo franquicias de cómics y dibujos animados de reconocimiento internacional. Sirven para recordar las emociones que hemos vivido al verlas y algunos podrían parecer fotonovelas por ser un reflejo lineal de la historia. Aún así, su diseño no ha variado mucho en cuanto el contenido de los cromos: fotos de escenas y posados de los actores mezclados, todos con pies explicativos que ayudan a saber, antes de conseguirlo, qué se verá en el espacio reservado a ese número.

Lo que sí ha cambiado, y mucho, son los propios cromos. Quizá antes solo variaba la forma de la pegatina, por ejemplo, podía adherirse por completo o solo una para parte completar una figura que encajase en el álbum. Pero, con el tiempo, además de posters para decorar, se fueron añadiendo cromos especiales.

cromos con efecto holográfico

Hoy en día, el cromo es un material promocional que incluye todos los avances en el sector de la impresión para convertirlo aún más en objeto de coleccionismo. Además de poder utilizar materiales diferentes como tintas con olor, troquelados o efecto rugoso, se les añade holografías, efectos 3D o incluso códigos de realidad aumentada para que sean un juego más completo. Hasta entonces, sí se jugaba con ellos, pero con el objetivo de ganar los más valiosos.

La importancia del ensobrado de cromos

La diversión de coleccionar cromos es que el sobre no te da pista de cuáles hay en su interior porque es opaco: solo se sabe cuántos hay. Cuando a los coleccionistas les empiezan a salir repetidos y sienten que no van a terminar el álbum, se frustran y corren el rumor de que no se imprime el mismo número de todos los cromos o que la distribución es escalonada para obligar a comprar más sobre de los que se necesitan realmente.

ensobrado de cromos

 

Cada editorial tiene su estrategia. Lo sí podemos garantizarte es que en Loyal Print tenemos máquinas que ensobran cromos según tus especificaciones, tanto en diseño para que tengan un acabado diferente como en frecuencia de cromos especiales. Tenemos capacidad industrial y nuestro equipo tiene experiencia en sacar adelante numerosas colecciones a la vez para su distribución a nivel europeo.